Encontrarnos en vida y en paz… Este año como ningún otro ha dado tiempo para la reflexión y la introspección.
Y días como hoy, dejan muchas emociones a flor de piel. El recuerdo de nuestros difuntos estos días y saber que se aproximan fiestas decembrinas con gente que se va a echar de menos, me hace sentir mucha nostalgia.
Por todos lados vemos “memes” sobre el 2020 que parece el fin del mundo y ironías de que otra cosa falta que suceda… Porque definitivamente, este año ha pasado de todo.
Personalmente, el 2020 se me fue en un abrir y cerrar de ojos. Hay momentos en los que pierdo por completo la noción de los días y el tiempo.
Este año fue un desafío para mi fe: en Dios, en la humanidad y mí misma.
Al mismo tiempo, creo que descubrí una faceta de mí que no conocía, trabajé en la resiliencia como nunca en mi vida y pude apreciar lo afortunada que soy en lo realmente importante.
En Pardiez, este año vimos momentos muy grises y números muy rojos. Este año pospusimos muchos planes y cancelamos definitivamente otros.
Pero también, este año, conforme pasaban los meses, pudimos poner un granito de arena para ayudar a quienes la pasaban con más dificultades.
Nos llenó el corazón notar más sensibilidad y empatía entre los que nos rodean, nos dio esperanza entre tanta incertidumbre.
Este año se lleva muchas lágrimas, demasiados momentos difíciles y algunos sueños.
Este año se va con el dolor que queda entre amigos y familia que perdieron miembros queridos.
Este año prendemos una vela por todos los que se fueron mes a mes, y por los que se habían adelantado desde antes.
Este año cambia los proyectos de vida de muchas familias y organizaciones que tuvieron una sacudida inesperada. Y es que la vida es así. Llena de momentos impredecibles.
Hoy me robo las palabras de una gran autora, Ana María Rabatté y Cervi, que conocí por una gran amiga. Me parece que resumen muy bien el aprendizaje que me dejan los últimos meses y que cobran más sentido en estas fechas que con amor y respeto recordamos a los que se nos adelantaron.
Si quieres hacer feliz a alguien que quieres mucho, dícelo hoy, sé bueno…
En vida, hermano, en vida.
Si deseas dar una flor, no esperes a que se muera, mándala hoy con amor…
Si deseas decir “Te quiero” a todos los de tu casa y al amigo cerca o lejos…
En vida, hermano, en vida.
No esperes a que se muera la gente para quererla y hacer sentir tu afecto…
Serás feliz si aprendes a hacer felices a aquellos que te rodean…
Nunca visites panteones, ni llenes tumbas de flores; llena de amor corazones…
En vida, hermano, en vida.
Este año ha sido inolvidable: por lo complicado y por lo distinto. Ojalá que quienes seguimos aquí, disfrutemos de lo bueno, de lo malo, de lo feo y de lo bello. Y atesoremos lindos momentos y el placer de enriquecer la vida de los demás.
¡En vida, hermano, en vida!
Besos a todos allá arriba… y gracias al cielo, que este año me regalo la oportunidad de ver la luna más linda, una estrella fugaz y la noche más estrellada que he visto en 30 años.
-Mariana.